viernes, 5 de agosto de 2011

Los eternos valores del Ser y los valores negativos del ego

     En filosofía gnóstica se dice que el Ser es el Ser y la razón del Ser es el mismo Ser, pero a nuestro entendimiento: ¿Que o quien es el Ser? El Ser es la divinidad dentro del ser humano, es la chispa inmortal de cada uno, sin principio ni fin, nosotros todavía no poseemos al Ser, pero se encuentra dentro de cada uno de nosotros en forma latente.
      El Ser es múltiple en sus manifestaciones cósmicas, es la unidad formada por la diversidad, lo que significa que al no poder manifestarse se desdobla en múltiples partes, cada una con sus particularidades, funciones, facultades y poderes. Las partes del Ser devienen desde la más pura y elevada región divinal y trascendental, podemos entender que son átomos divinos, auto-conscientes e independientes.
     El Espíritu nos impulsa al trabajo sobre sí mismos, por medio de la Esencia, si embargo es muy poco ese material que poseemos; al nacer solo traemos un 3% libre, empero a medida que nos vamos convirtiendo en adultos, todavía ese pequeño porcentaje se va perdiendo, va siendo absorbido en su totalidad por el ego.
     Existen dos tipos de integración:
1º.- La integración con el Ser, es una unificación cósmica, positiva y es una meta u objetivo de la Esencia.
2º.-Integración negativa relativa al ego psicológico, cuando se fortalece y robustece, se convierten en cristalizaciones equivocadas y perversas.  
      Los valores trascendentales del Espíritu se plasman en las bellas artes, ya en un hermoso cuadro, en una exquisita sinfonía musical, en una perfecta escultura, en un libro sagrado, en una pirámide, un nicho, una escultura, en los hermosos cantos, en la sublime y bella danza.
     En nosotros mismos aunque seamos las criaturas más abominables de la tierra tendremos esos valores innatos y eternos del Ser en forma latente dentro de nuestra esencia o consciencia.
     Entre los valores trascendentales del Espíritu tenemos el amor, la verdad, la belleza, el altruismo, la templanza, la voluntad verdadera, la paciencia, la serenidad, etc. y para integrar las partes del Ser debemos rebelarnos con nuestra propia naturaleza egoica, que es antítesis de lo divinal, si es que en realidad anhelamos que el Ser se manifieste con plenitud en nosotros.
     De acuerdo al Axioma “Tal como es arriba es abajo, tal como es adentro es afuera” el Macro-cosmos se encuentra dentro del Micro-cosmos llamado hombre, pero nuestro cosmos está desordenado, debemos organizarlo, debemos comprender la Gnosis, para ello hay que equilibrar el Ser con el Saber, pero ante todo es necesario hacer conciencia de lo que es el SABER esotérico-gnóstico iniciático y lo que es la comprensión creadora.
      Alguien puede tener mucha sapiencia, puede saber (por ejemplo) fabricar automóviles, puede conocer la Medicina, la Jurisprudencia, o puede haber estudiado realmente en diversas escuelas de tipo seudo-esotérico, seudo-ocultista y poseer una gran erudición, sin embargo podría suceder que esa persona tuviese una moral muy baja .¿De qué serviría poseer una gran erudición, si no tenemos desarrollados al SER INTERNO, si poseemos, dijéramos, defectos horripilantes?. De nada serviría eso.
     Ser y Saber son muy relativos; existen distintos grados de Saber. Hay personas que pueden saber más, por ejemplo, de Medicina que otras; hay Odontólogos más eruditos que otros, hay técnicos y profesionistas que saben más que otros, pero eso es muy relativo. Y en cuanto al Ser, también es muy relativo; unos tienen más desarrollado el Ser que otros. No hay duda de que el Ser (por ejemplo) de un Santo, está más desarrollado que el de un perverso, podemos afirmar que cada persona tiene su nivel de Ser.
     En la Gnosis se necesita tener un equilibrio muy especial; se necesita, para entrar en estos estudios y en estos trabajos, en que nosotros estamos, haber alcanzado el nivel aquel que se llama el «BUEN DUEÑO DE CASA». Resulta interesante, en los Evangelios, esto del «Buen Dueño de Casa»; es algo que nos invita a la reflexión.
     El «Buen Dueño de Casa» podría convertirse en algo mejor, si aspira o si anhela, pero si no tiene anhelo espiritual ninguno, obviamente se convierte, dijéramos, en un FARISEO que ha de involucionar en el tiempo. De manera que, del «Buen Dueño de Casa» puede salir un INICIADO o un FARISEO.
     En todo caso, para entrar en estos estudios esotérico-gnósticos, se necesita haber llegado al nivel del «Buen Dueño de Casa». Una persona, por ejemplo, caprichosa, lunática, difícil, no es precisamente un elemento que puede servir para estos estudios. Un sujeto que no cumple con sus deberes de hogar, que es mal padre, mala esposa o mal esposo, que trata mal al cónyuge (sea éste hombre o mujer), o que abandona su hogar por tal o cual motivo, incuestionablemente no es un «Buen Dueño de Casa».
     Debemos comprender pues, que el basamento de estos estudios, empieza por haber alcanzado el nivel del «Buen Dueño de Casa»: buen esposo, buen padre, buen hermano, buen amigo; el hombre que ve por su hogar, la mujer que ve por sus hijos, en fin. Y si no es casada la mujer, será la buena hija, la buena hermana, la mujer de hogar. Y si es un hombre y no es casado, será por lo menos el buen hombre que ve por los suyos, por sus familiares, y si no los tiene, pues entonces cumplirá con los deberes que existen para con toda la Humanidad en general.
     Lo que queremos es alcanzar la UNIDAD DE LA VIDA, integrarnos, convertirnos en Individuos perfectos y eso es posible trabajando sobre nosotros mismos, eliminando nuestros propios errores psicológicos. Si lo logramos, nos convertimos en Individuos con sabiduría e iluminación. 
      La diferencia entre persona y persona, está en los distintos Niveles del Ser. Cuanto más cerca se esté de la Individualidad Sagrada, pues se está, naturalmente, más exaltado. Cuanto más lejos se encuentre uno de su propia Individualidad Sagrada, pues posee un Nivel del Ser más inferior.
     Así pues, solamente uniendo el Ser y el Saber, se llega a la comprensión verdadera, y solo con comprensión verdadera podemos trabajar sobre nosotros mismos para pasar de un Nivel del Ser, a otros Niveles del Ser más elevados.
     Necesitamos hacernos íntegros, uni-totales, y ello solamente es posible subiendo por los distintos escalones que forman los Niveles del Ser y no olvidar que el sendero comienza en la casa, y si las condiciones que tenemos en la casa son nefastas, pues tanto mejor para nosotros porque que el «gimnasio» es superior. Cuando se vive en función del trabajo esotérico y para el trabajo esotérico, obviamente, mientras más difíciles sean las adversidades, tanto mejor...
     Impúlsate con los anhelos más íntimos y observa la vida con profundidad.

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