Leonardo da Vinci tenía varias particularidades, detalles
que configuran por sí solos la excepcional genialidad de este artista. Pero hay
uno que suele llamar la atención a la hora de ver las exposiciones que hacen
sobre sus documentos privados: su escritura, siempre de derecha izquierda.
Teorías sobre la
escritura en espejo de Leonardo da Vinci
Leonardo podía ser zurdo. Ser zurdo en esta época conllevaba
tener graves problemas a la hora de escribir con tinta y pluma, a medida que
uno redacta la propia mano va manchando de nuevo la hoja, el estropicio puede
ser más que evidente. Así que ¿Por qué no escribir de derecha a izquierda?
Podía ser una posibilidad, sin duda, pero la realidad es que sabe a ciencia
cierta qué Leonardo da Vinci era ambidiestro.
Escribir en espejo podía ser un modo para proteger sus ideas
y sus proyectos de miradas curiosas (en especial de la Iglesia Católica). Es
una teoría que varios estudiosos han mantenido durante mucho tiempo… pero la
verdad, es que hasta un niño sabe que colocando un espejo sobre sus textos
puede leerse con total facilidad. Aunque lo curioso es que Leonardo solo
utilizaba este encriptado para determinados documentos, solo aquellos que
contenían ideas o proyectos, textos que, de algún modo, no deseaba que
estuviera al acceso de algunas personas.
La escritura en espejo está a veces presente en niños
pequeños, en esas primeras fases de madurez evolutiva donde aún no se ha
asentado el proceso lecto-escritor. Se confunde la orientación
izquierda-derecha y se altera la posición de las letras. Una suposición al
respecto de este hecho es que tal vez, Leonardo da Vinci padecía dislexia.
Lamentablemente no hay datos que refuten este hecho ni que expliquen por qué,
ante una dislexia, tuviera que redactar solo algunos textos en escritura en
espejo y no todos.
Leonardo da Vinci deseaba ascender a planos superiores de
conciencia. Esta teoría se basa en la pasión de este artista por desarrollar
sus capacidades personales, un tipo de ejercicio con el que hacer trabajar su
cerebro para obligarlo a mejorar, a ser más ágil y creativo. Una tarea que
aplicó a su vida diaria con la que encriptar determinados documentos que no
deseaba dejar a la vista de la Iglesia. Sus conocimientos y sus estudios eran
en ocasiones grandes desafíos y provocaciones para el dogma católico,
dificultar su lectura era quizá un medio inocente de mantenerlos alejados. Y
también un modo de mejorar su inteligencia.
Hoy por hoy desconocemos aún por qué Leonardo da Vinci
escribía en espejo, pero tal vez, el hacernos preguntas, el investigar y buscar
respuestas, también favorezca nuestras capacidades personales, tal y como este
genio buscaba para sí mismo.
Fuente: Un surco en la sombra
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