Misteriosos infrasonidos fueron grabados a
36 km sobre la superficie terrestre por micrófonos infrarrojos a bordo de un
globo experimental lanzado por la NASA, Daniel Bowman, de la Universidad de
Carolina del Norte en Chapel Hill, EE.UU.
Los «silbidos» y «chiflidos» que se
escuchan en la grabación tienen una frecuencia menor a los 20 hertz, y solo
pueden ser percibidos por nuestros oídos al ser reproducidos en modo acelerado.
«Suenan como el tema de los Expedientes Secretos X», dijo Bowman, quien
construyó y lanzó el globo con el objetivo de revivir el interés en los
infrasonidos atmosféricos. Una característica importante de los infrasonidos es
que pueden viajar largas distancias, y, si bien fenómenos naturales como
tormentas, volcanes, avalanchas y terremotos pueden provocarlos, lo que fue
grabado en esta ocasión no pudo ser explicado por los científicos.
Para capturar los enigmáticos sonidos,
Bowman montó los micrófonos infrarrojos en un globo de helio que liberó en
Nuevo México y en Arizona durante agosto del año pasado, como parte del estudio
High Altitud Student Plataform (HASP). El globo flotó 725 km a través de la
superficie terrestre y alcanzó una altura de más de 37,500 metros, siendo la
primera vez que el estudio del infrasonido llega hasta tales fronteras
estratosféricas. ¿Quién silba a tanta altura? Las teorías sobre los
infrasonidos grabados van desde un campo eólico bajo el recorrido del globo,
olas del océano, ondas de gravedad, hasta una simple turbulencia. El proyecto
financiado por la NASA planea enviar en este mismo año otro artefacto para
grabar más de estos extraños sonidos. «No han existido grabaciones acústicas en
la estratósfera por 50 años», explica Bowman. «Seguramente, si ponemos
instrumentos allí, hallaremos cosas que hemos pasado por alto antes».
Proyecto HASP. |
Los científicos han propuesto enviar
sensores de infrasonido a lugares tan distantes como Marte y Venus, donde los
micrófonos podrían, en teoría, detectar peripecias del clima o terremotos. «Ciertas
señales infrasónicas son más claras en la atmósfera, no hay tanta interferencia
de ruidos propios de nuestra sociedad», destaca Omar Marcillo, geofísico de Los
Alamos National Laboratory en México que no estuvo involucrado en el estudio
presentado aquí. «La atmósfera refracta algunas ondas lejos de la superficie,
por lo que no todas llegan aquí abajo», señala Marcillo. «Pienso que el trabajo
[de Bowman] ha abierto el campo para la investigación de los infrasonidos».
Fuente: http://misteriossinresolver.es/
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