La Mitología de los Eddas
El texto del Edda, según H.P.B. literalmente significa “Bisabuela”, pero también simboliza ciencia o sabiduría.
La mitología nórdica o escandinava comprende la religión, creencias y leyendas de los pueblos escandinavos, (región del norte de Europa) incluyendo aquellos que se asentaron en Islandia, (país localizado en el extremo noroeste de Europa) donde las fuentes escritas de la mitología nórdica fueron reunidas. Es la versión mejor preservada de la antigua mitología germana, común a todos los pueblos germanos, que también incluye la estrechamente relacionada mitología anglosajona. La mitología germana, a su vez, ha evolucionado de una mitología indo-europea más temprana.
Esta mitología era transmitida oralmente en forma de una larga y regular poesía de padres a hijos, tal vez de ahí proviene el nombre de “Bisabuela”. Dicha transmisión continuó durante la era vikinga y nuestro conocimiento sobre ella está basado principalmente en los Eddas y otros textos medievales escritos durante o después de la Cristianización.
Podemos considerar el Edda alemán como la Biblia germánica. En este arcaico libro se halla contenida la sabiduría oculta de los nórdicos. Los relatos del Edda sobre el Génesis del mundo son como sigue:
En el Génesis de la creación hallamos Alquimia Sexual. El fuego fecunda a las frías aguas del caos
El principio masculino Alffadir fecunda al principio femenino Niffheim dominado por Surtur (las tinieblas), para que brote la vida. Así nace Imir, el padre de los gigantes, el Dios Interno de todo hombre, el Maestro. Este se alimenta con la materia prima de la Gran Obra. Dicha sustancia es la leche de la vaca Audumbla. La blanca vaca sagrada de la India. En el Génesis de Moisés se mencionan los cuatro ríos del Paraíso terrenal, los cuatro ríos de leche (Fisón, Gehón, Tigris y Eufrates). Estos cuatro son: el fuego que flamea, el agua pura de vida, el aire impetuoso y la perfumada tierra elemental de los sabios. (Los cuatro Tatwas). En toda operación de Alkimia entran en actividad los cuatro elementos. No podían faltar éstos en la Alkimia sexual de la Creación.
Imir se duerme y de su propio sudor nace una pareja de gigantes varón y varona, el divino hermafrodita primitivo, gigantesco y sublime de la Isla Sagrada. En el Génesis de Moisés, Adam se duerme y Dios saca a Eva de una costilla de él.
Antes de este instante Eva estaba dentro de Adam y era Adam mismo. Este era un hermafrodita. De los pies de este gigante hermafrodita (la Raza Polar), nace el monstruo de las seis cabezas, la Estrella de Salomón. La Alkimia sexual humana, que a través de muchos siglos termina por separar o dividir a los gigantes convirtiéndolos en seres humanos de sexos separados.
La división en sexos opuestos es el principio de la gran tragedia. Del gigante hermafrodita nace el monstruo de las seis cabezas.
El nacimiento del ser humano en sexos separados fue un acontecimiento grandioso de la Antropogénesis, que se realizó a través de muchísimos millones de años. El Edda germánico, después de describir maravillosamente la creación del mundo, relata la separación en sexos opuestos como sigue:
“Inmediatamente decidieron los Dioses crear la primera pareja humana. De un fresno formaron al hombre y le llamaron Askur. De un aliso formaron la mujer y la llamaron Embla.
Odín les dio el alma; Villi les dio el entendimiento; Ve les dio la belleza y los sentidos. Y los Dioses, satisfechos de su obra, se retiraron a descansar y a gozar a su mansión del Asgar, situada en el centro del Universo”.
El relato del Edda sobre la destrucción del mundo es el Apocalipsis germánico nos cuenta: “La misma naturaleza empieza a salir de su orden; las estaciones cesan de alternar; el terrible invierno, Fimbul domina y dura tres años porque el sol ha perdido su fuerza; entre los hombres ya no hay fe; la paz entre hermanos, parientes e hijos de una misma tribu ya no se observa; el sagrado deber de los germanos de respetar a los muertos, de cortarles las uñas y de enterrarlos se descuida; y el buque colosal en que, a la consumación de los siglos ha de embarcarse Hrimer, el gigante de la escarcha, con sus innumerables compañeros, para destruir a los Dioses y destrozar su alegre y resplandeciente morada, el Valhalla y el Universo; este terrible buque acusador compuesto, sólo de las uñas de los muertos no cortadas por ninguna alma piadosa, adelanta y crece a pesar de la pequeñez del material, hasta que la corrupción llega al colmo.
Entonces, los monstruos, a quienes los Dioses habían logrado encadenar, rompen las cadenas que les sujetaban; las montañas se hunden; las selvas se descuajan; los lobos, que desde el principio del mundo aullaban al Sol y a la Luna para devorar estos dos astros y que a veces ya los tenían medio agarrados, los alcanzan y los engullen para siempre; el lobo Fenrir (el Karma del mundo) rompe sus ataduras y embiste con las fauces abiertas al mundo, tocando con una mandíbula al cielo y con la otra la tierra; y más las abriría si no le faltase espacio; la serpiente Midgar inunda toda la tierra (porque el hombre se ha vuelto fornicario); los gigantes de la escarcha vienen en su buque de uñas desde el Levante (Este, Oriente); por el mediodía se acercan las potencias del fuego destructor: Loki, Los Surtur y los hijos de Muspel, para librar la última batalla decisiva de los Ases; las divinidades del Valhalla se preparan a recibir al enemigo; su vigía Hiendal, apostado a la entrada del puente que conduce a su morada, toca el clarín, y los Dioses, en unión con las almas de los héroes muertos en combate, salen a recibir a los gigantes; la lucha empieza y acaba con la destrucción de ambos ejércitos; y muertos los Dioses y los gigantes, comunicase la incandescencia de los del fuego al mundo, que todo se consume en inmenso holocausto purificador”.
Esta es la narración escatológica del Völuspa (poemas mitológicos pertenecientes a los Eddas) referente a los tiempos del fin que ya estamos viviendo, las fuerzas del mal sobrepasando en número a las fuerzas del bien y el orden. Sin embargo, menciona también que habrá unos pocos sobrevivientes tanto humanos como divinos que poblarán un nuevo mundo, refiriéndose a la futura sexta raza raíz.
Existen dos regiones opuestas, una era el Valhalla, al cual van los guerreros que mueren en combate, situada en el palacio de Odin en Asgard (la isla de cristal, la morada de los dioses, la tierra de los Ases o Aeses –Dioses buenos-) otra es Helheim, una de las partes más oscuras de Niflheim, donde reina Hela o Hel, diosa del mundo subterráneo adonde van aquellos que no entran al Valhalla y donde el lobo destroza los cadáveres de los asesinos, los perjuros y los que sedujeron mujeres de otros
Fragmentos del Völuspa:
40 Al este, la anciana estaba, en Járnvid; y allí alumbró hijos de Fenrir; de ellos surgirá de todos, uno, destructor de la luna, en forma de trol
41 Bebe la vida de hombre muertos. Se tiñe el Ásgard con roja sangre; negro será el sol en el verano y el clima, espantoso. ¿Sabéis aún más, o qué?
45 Lucharán los hermanos, y se habrán de matar, los primos hermanos cometen incesto, terrible es el mundo, hay gran adulterio; días de lanzas y espadas, se raja el escudo, días de tormenta y lobos, se hunde el mundo, no habrá hombre ninguno que a otro respete.
51 Llega un barco del este, vendrá por el mar las huestes de Muspell, Loki es el piloto; llegan los trols con el lobo, hermano de Býleist marcha el primero.
52 Surt llega del sur, abrasa las ramas, fulgura la espada del dios de los muertos: las montañas chocan, los monstruos se derrocan, pisan las vías de Hel, y el cielo se raja.
57 El sol se oscurece, se hunde la tierra en el mar, se agitan del cielo las brillantes estrellas; surge vapor furioso, el fuego se alza y llega el calor hasta el mismo cielo.
58 Garm aúlla ante Gripahell, romperá los nudos, y correrá el lobo; sé muchos conjuros, más allá veo aún el duro destino de los dioses triunfantes.
59 Pero ve surgir por segunda vez la tierra del mar, para siempre verde; caen cascadas, se remonta el águila que en las montañas cazará los peces.
60 Se encuentran los Ases en Ídavellir, y de la sierpe del mundo poderosa charlan, recuerda allí los grandes sucesos, y las runas antiguas de Fimbultýr.
61 Allí, después, maravillosos escaques de oro hallarán en la hierba, los que en días antiguos tenían las estirpes.
62 Y sin plantarlos crecerán los campos, todo mejora, Baldr llegará, habitarán Hödr y Baldr los hogares de Hropt, el santuario divino. ¿Sabéis aún más, o qué?
63 Elegirá Haenir la rama sagrada, construyen los hijos, los dos hermanos, un gran mundo aéreo. ¿Sabéis aún más o qué?
64 Ve alzarse una sala más bella que el sol, tejada con oro, allá en el Gimlé; las huestes leales allí habitarán y para siempre serán felices.
65 Vendrá entonces el reino en el juicio final, llegará poderoso, quien todo lo rige.
66 Llegará volando el oscuro dragón, la sierpe brillante, desde Nídafjöll; llevará en sus plumas los muertos a Nidhögg. Allí se hundirá.
Realmente, cuando el ser humano se acostumbra a derrochar las Aguas puras de vida, la energía creadora, nace la Gran Ramera, cuyo número es seiscientos sesenta y seis. La fornicación corrompe al ser humano. Con la lujuria, el ser humano se vuelve terriblemente perverso, y entonces el mundo es destruido; los monstruos desconocidos de la Naturaleza, elementos que el hombre no conoce y que los Dioses tenían encadenados, son desatados con las armas atómicas; las selvas se descuajan, los lobos del Karma aúllan horriblemente; el lobo Fenrir rompe sus ataduras y embiste con las fauces abiertas al mundo, tocando con sus mandíbulas al cielo y a la tierra. El Karma es terrible, y habrá una colisión de mundos.
En tiempos arcaicos ya hubo una colisión semejante y la Tierra, que estaba más cerca al sol, fue arrojada a la distancia que ahora tiene. Ahora, este cataclismo se repetirá por Ley del Karma. Entonces, como dice el Edda germánico, todo se consumirá en inmenso holocausto purificador.
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