La mitología egipcia es asombrosa, si la vemos desde el punto de vista que nos ilustra el camino interior. Es en nuestro diario vivir donde debemos aplicar la enseñanza contenida en estos mitos, que lejos de ser deformaciones de la historia, son más bien verdades actuales y palpitantes de nuestro propio Ser.
Geb (También Keb), es el Dios de la Tierra, príncipe de los Dioses. Dios creador, principio de la vida. Indudablemente es el principio eterno masculino divinal. Hereda de su Padre Shu (Dios del Aire) la regencia de la Tierra y a su vez esta se la entrega a Osiris su hijo.
Nut (Nuit) es la diosa del cielo, su risa es el trueno y sus lágrimas la lluvia. Es madre de todo cuerpo celeste, quienes entran por su boca y salen por su útero día a día. Sus brazos y piernas se encuentran en los 4 puntos cardinales. El mismísimo Sol viaja por su cuerpo en la noche y cada mañana lo da a luz y la sangre del parto tiñe de rojo el amanecer. Por todo esto dicho, sin duda alguna es la representación del Eterno principio femenino Divinal.
El estudio de estas divinidades nos llevan a descubrir el equilibrio que debe existir en el Macrocosmos, el famoso Yin y Yang chino y como consecuencia que debemos imitar nosotros en nuestro hogar. El hombre y la mujer no son iguales, cada uno tiene sus características especiales, pero tampoco uno es mayor que otro, sino que se complementan tal y como se observa en las columnas del Templo del rey Salomón (Jakin la columna blanca y Boaz la columna negra), una no es más grande que otra, son diferentes pero están en completo equilibro.
Eso nos habla Geb y Nut de vivir en completa armonía, de destruir todos los elementos que nos hacen desequilibrarnos, como el machismo, el feminismo, la ira, el orgullo, la violencia, la intolerancia, el miedo, etc., pues mientras existan estos factores indeseables en nuestro interior es obvio que existirá desarmonía en el hogar.
“Así como es arriba es abajo”, nos dice Hermes Trismegisto, en el cosmos vemos las fuerzas masculinas y femeninas en completo equilibrio para surja todo lo creado, así mismo debemos actuar en nuestro matrimonio, buscando el comprender a nuestra pareja, tratando de sentir y pensar lo que nuestro cónyuge piensa y siente.
Hay caos y anarquía en todos los ámbitos, y si en un lugar debemos empezar por buscar una solución a todo esto, es precisamente en el hogar.
Una de las imágenes más interesantes donde se representa la Diosa Nut y Geb, es donde ella se encuentra formando la bóveda celeste con su cuerpo arqueado y desnudo, lleno de estrellas, abajo Geb simbolizando la Tierra y Shu (el Dios del Aire) separándolos.
En este grabado vemos los principios de la alquimia, Geb si bien es el Dios de la tierra, simboliza el principio masculino divinal, el fuego. Nut es la diosa celeste el agua y Shu el dios del aire, es decir, fuego más agua igual a conciencia, o bien el sagrado I.A.O. (Ignis = Fuego, Aqua = Agua. Origo = Espíritu, aire)
Geb y Nut tienen 4 hijos: Osiris, Isis, Seth y Neftis.
Finalicemos este artículo orando lentamente en meditación lo siguiente:
“Sed Tú, Oh Hadith, mi secreto, el misterio gnóstico de mi ser, el punto céntrico de mi conexión, mi corazón mismo, y florece en mis labios fecundos, hechos verbo. Allá arriba, en los cielos infinitos, en la altura profunda de lo desconocido, el resplandor incesante de luz es la desnuda belleza de Nuit; Ella se inclina, se curva en éxtasis deleitoso, para recibir el ósculo secreto de Hadith. La alada esfera y el azul del cielo son míos”. (Samael Aun Weor. Curso Esotérico de Cábala)
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