El primer fenómeno de aparición de fantasmas se remonta a mediados del siglo XIX y fue de tipo ectoplasmático. La etiología de esta aparición, ampliamente estudiada por la Sociedad de Investigaciones Psíquicas (S.P.R.) de Londres, corresponde a una emisión filofluídica plástica regurgitada por un médium, el cual puede llegar a modelar formaciones ectocoloplasmáticas de personas, animales y objetos. Su análisis en laboratorio ha permitido conocer que la naturaleza de estas fantasmogénesis obedece a la somatización de la propia energía del cuerpo, exteriorizada fuera del organismo. Dada su condición material puede ser detectada visual y fotográficamente. Su producción se manifiesta en sesiones de interiorización de la conciencia (Trance) o durante los procesos de investigación. Siempre están formados por ectoplasma producido por la persona sensitiva. Su manifestación es provocada y no obedece a las mismas leyes por las que se rigen las apariciones en casos críticos, en estados de fe o ligados a determinados escenarios de casas encantadas
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