![]() |
Ilustraciones de la paráfrasis bíblica de Aelfric (Siglo XI DC). Izquierda, Moisés contando a los israelitas. Derecha, Moisés alentando a Josué. |
A inicios del siglo XVI, como parte de los trabajos para
la tumba del Papa Julio II, Miguel Ángel esculpió en mármol la figura del
patriarca judío Moisés. La estatua, al margen de su remarcable valor estético,
posee un enigmático detalle: la cabeza del Moisés está adornada con dos
protuberancias en forma de cuernos.
Como ya hemos visto en la primera entrega de esta serie,
para la mayoría de historiadores del arte, Miguel Ángel representó a Moisés con
cuernos en la cabeza siguiendo una tradición del arte católico de aquella época
que se inició, en el siglo IV, con un error de traducción del pasaje del
Antiguo Testamento en el que se relata la historia del patriarca del pueblo
hebreo y las tablas de la ley.
Para Los Divulgadores, los cuernos del Moisés de Miguel
Ángel, son un símbolo que representa, como muchos otros elementos en la obra
del artista, su filosofía y cosmovisión, producto de su formación mistérica en
el seno del “otro renacimiento”.
Antes de internarnos en los meandros que conectan los
cuernos del Moisés de Miguel Ángel, la glándula pineal, el DMT, las
experiencias místicas, los frescos de la Capilla Sixtina y la comprobada
inteligencia vegetal; veamos en que influencias pudo o no haberse basado el
genio florentino para esculpir su Moisés. Esto quizás pueda darnos importantes
indicios sobre sus intenciones.
El monje Aelfric de Eynsham
En su investigación titulada “El Moisés con cuernos en el
arte y el pensamiento medieval”, la historiadora del arte medieval Ruth
Mellinkoff (1924-2011) sostiene que la representación más antigua de Moisés con
cuernos, de la que se tiene conocimiento, apareció en Inglaterra, a inicios del
siglo XI, en algunas de las ilustraciones de una paráfrasis bíblica escrita por
el monje Aelfric de Eynsham (955-1010 DC).
¿Qué es una paráfrasis bíblica?
Una paráfrasis bíblica es un resumen de uno, o varios
libros de la Biblia, redactado en un lenguaje sencillo y de fácil comprensión
que elimina los conceptos complicados del texto original.
En este caso, el monje Aelfric relató, a su manera, los
primeros cinco libros del Antiguo Testamento y el libro de Josué en un inglés
antiguo muy sencillo empleando palabras e ideas conocidas por sus
contemporáneos de la Inglaterra del siglo XI. Además, para hacer aún más fácil
la comprensión de la historia, el manuscrito fue ilustrado con escenas de la
vida de Moisés, quien, algunas veces, aparece representado con cuernos en la
cabeza.
Cabe destacar que en esta primera aparición, los cuernos
de Moisés no son protuberancias orgánicas que brotan de su cabeza sino que
forman parte de un casco que el personaje bíblico lleva puesto en algunas
escenas. Tal y como se le representó luego en algunas dramas litúrgicos de la
Edad Media.
El casco del profeta
Para el historiador de arte francés Emille Male
(1862–1954), las representaciones artísticas del Moisés con cuernos tuvieron su
origen en las antiguas representaciones teatrales de dramas bíblicos, también
conocidas como dramas litúrgicos. La única evidencia que apoya la hipótesis de
Male es un texto que incluye direcciones escénicas para un drama litúrgico del
siglo XIV titulado el “Drama de los Profetas”. En este texto se menciona la
aparición, en escena, del legendario patriarca hebreo con dos cuernos en la
cabeza.
![]() |
Ilustración de la paráfrasis bíblica de Aelfric (Siglo XI DC). Moisés bendiciendo a las tribus de Israel. |
A pesar de que el manuscrito de Aelfric es casi
trescientos años más antiguo que el drama litúrgico “El Drama de los Profetas”,
algunos investigadores afirman que el hecho que el Moisés haya sido
representado en dicho manuscrito con un casco adornado con dos cuernos es
prueba de que ese tipo de iconografía apareció primero en una obra teatral y
que, por esto, los ilustradores del manuscrito no colocaron los cuernos
directamente en la cabeza del patriarca sino que los pusieron en un casco como
habría sucedido en la puesta en escena del drama litúrgico. Esto
históricamente, como hemos visto, no concuerda.
Ruth Mellinkoff, tiene una teoría más sólida.
Para la investigadora norteamericana, el hecho de que la
primera aparición del Moisés con cuernos se haya dado a través de un casco no
es prueba de que el motivo de los cuernos haya tenido su origen en los dramas
litúrgicos sino que es una de las tradiciones culturales escandinavas que
llegaron hasta los anglosajones, daneses y normandos que habitaban la Inglaterra
de la Edad Media:
“Parece, al menos en el
reino de la posibilidad, que el casco con cuernos que Moisés usa en la
paráfrasis de Aelfric estaba totalmente de acuerdo con la tradición
inglesa-escandinava de cascos adornados con motivos animales. Recordemos que la
arqueología y la literatura nos dicen que el casco ornamental es una marca del
círculo de liderazgo, usado para determinar rango – el jefe, el rey, la
nobleza.” (El Moisés con cuernos en el arte y el pensamiento medieval”, Ruth
Mellinkoff.)
![]() |
Izquierda, figura con cuernos en el cementerio de Sutton Hoo (Siglo VI-VII DC). Derecha, casco Vikso (Siglo VIII-IV DC). Abajo, detalle del caldero de Gundestrup (Siglo VIII- I AC). |
Es sabido que la influencia escandinava en las tierras
del norte de Europa se remonta a los primeros siglos de la era cristiana, de
allí que la teoría de la doctora Mellinkoff aparezca como un elemento
importante en nuestro análisis.
Un patriarca guerrero
A inicios del siglo XI, cuando Aelfric escribió su
paráfrasis sobre la historia de Moisés, el pueblo anglosajón aún practicaba el
paganismo aunque todo indicase que la conversión al cristianismo era masiva y
voluntaria.
La conversión al cristianismo en esta región de Europa
fue muy diferente a la que tuvo lugar en Oriente. En el noroeste de Europa, la
conversión no comenzó con las clases populares sino con la conversión de algún
rey o señor feudal que luego empujaría, con dificultad, a sus seguidores hacia
el nuevo culto.
Fue quizás por esta razón que Aelfric, en su paráfrasis,
se refirió a Moisés como “Heretoga”, palabra anglosajona que, en ese entonces,
significaba “general”, “comandante” o “cacique”.
Comandante era una palabra cotidiana para los habitantes
de la Inglaterra del siglo XI que vivían enfrascados en continuos conflictos
militares que estaban relacionados con su cosmovisión y sus creencias paganas.
“La asociación histórica y mitológica del concepto de
liderazgo y poder con el motivo de un casco con cuernos aún estaba lo
suficientemente viva en la Inglaterra del siglo XI para ser revivida en la
imagen de un gran líder bíblico que había guiado a su pueblo de la esclavitud a
la libertad. La victoria de Moisés sobre los egipcios podría ser fácilmente
entendida por los ingleses, involucrados en sus propias y numerosas batallas,
como una hazaña de destreza militar.” (El Moisés con cuernos en el arte y el
pensamiento medieval”, Ruth Mellinkoff.)
![]() |
Ilustración de la paráfrasis bíblica de Aelfric (Siglo XI DC). El “Comandante” Moisés comunicándose con Dios. |
Para los anglosajones era más fácil identificarse con la
imagen del Comandante Moisés, quien había triunfado en varias batallas ayudado
por sus dioses, que con la imagen del iluminado profeta Moisés.
De metáfora a caricatura medieval
Como hemos visto en la primera entrega de esta serie, en
el siglo IV, Jerónimo de Estridón decidió traducir la palabra hebrea “qeren”,
que en el relato bíblico del Exodo definía el estado de gloria de Moisés cuando
bajo del Monte Sinaí con las tablas de la ley, al latín “cornuta” (con
cuernos); ocho siglos después, el monje Aelfric de Eynsham tradujo el latín
“cornuta” al inglés antiguo “gehyrned” que significaba literalmente “con
cuernos”.
Si Jerónimo de Estridón, al utilizar la palabra
“cornuta”, trató de establecer una metáfora para expresar el estado de gloria
de Moisés, fueron los ilustradores anglosajones de la Edad Media,
específicamente los que ilustraron el manuscrito de Aelfric, quienes en lugar
de interpretar la metáfora de Jerónimo decidieron simplemente ponerle un casco
con cuernos al patriarca hebreo.
Probablemente, los ilustradores de la paráfrasis de
Aelfric se inspiraron o se sintieron apoyados en el comentario escrito por
Aelfric quien se refería a Moisés como el Comandante Moisés. Podemos especular
que para los ilustradores anglosajones fue una decisión simple: si el texto
decía que Moisés era un Comandante y además describía que tenía cuernos pues no
había que pensar demasiado: Moisés debía llevar un casco de guerrero con
cuernos.
Por casi ochocientos años, todos aquellos personajes
relacionados al clero leyeron la descripción del Moisés con cuernos (cornuta)
en la Vulgata Latina pero nadie se atrevió a representarlo de manera tan
figurativa, hasta que llegaron los ingleses de la Edad Media.
Hasta donde sabemos, este fue el peculiar inicio de la figura
del Moisés con cuernos en el arte católico.
Los cuernos se vuelven universales
La siguiente aparición del Moisés con cuernos sucedió más
de cien años después, alrededor del 1130 DC, en Inglaterra y en Salzburgo, como
parte de las ilustraciones de dos manuscritos bíblicos.
La diferencia fundamental entre la representación de
Moisés en la paráfrasis bíblica de Aelfric y las representaciones posteriores
es que en las últimas los cuernos ya no eran parte de un casco sino que
brotaban directamente de la cabeza del personaje.
Esta imagen de Moisés, con cuernos pero ya sin casco,
tuvo más eco y acogida en el noroeste de Europa, dónde, al parecer, guardaba
una especial conexión con los orígenes escandinavos de los pueblos
anglosajones, normandos y daneses que habitaban las tierras inglesas.
La nueva iconografía de Moisés, que había nacido en los
manuscritos bíblicos de la Inglaterra de la Edad Media, se expandió primero
hacia Francia y luego hasta Bohemia, Suiza y España.
Entre el siglo XII y el XV, principalmente en Inglaterra
y Francia, aparecieron la mayor cantidad
de representaciones de esta nueva iconografía del patriarca hebreo que fue
utilizada en manuscritos bíblicos, dramas litúrgicos, vitrales de iglesias y
fachadas de catedrales. Algunas de las más importantes representaciones de este
periodo son la estatua de Moisés esculpida por Claus Sluter (1340-1405), en
Burgundy, como parte de su obra titulada “El Pozo de Moisés” y los famosos
vitrales de las catedrales de Chartres y Notre Dame en París realizados al
inicio del siglo XIII, los cuales sirvieron para incorporar la nueva
iconografía del líder judío en el imaginario popular.
![]() |
Izquierda, detalle de “El pozo de Moisés” de Claus Sluter (1404). Derecha, vitral de la Catedral de Chartres en Francia (Siglo XIII). |
Durante este periodo, el Moisés con cuernos fue
representado de diferentes formas: con dos cuernos que le brotaban de la
cabeza, con rayos de luz que parecían convertirse en cuernos y con varios rayos
que se asemejaban a una corona.
La imagen del Moisés con cuernos más popular, aquella que
alcanzó por igual a la elite eclesiástica y al pueblo, fue la que apareció, a
mediados del siglo XV, en las ilustraciones de un nuevo tipo de Biblia conocido
como la Biblia Pauperum, algo así como una Biblia ilustrada para fines
educativos que circulaba principalmente en los países europeos de habla
germana.
La Biblia Pauperum era un tipo de Biblia que tenía más
imágenes que textos y que en cada página llevaba una ilustración central
acompañada por un pequeño párrafo. Esta Biblia apareció en los primeros años
del siglo XV y no incluyó imágenes del Moisés con cuernos pero, a mediados del
siglo XV, el formato y la iconografía de la Biblia Pauperum fueron modificados.
En esta nueva versión de la Biblia Pauperum, el Moisés con cuernos apareció
representado en varias ilustraciones.
Fueron las ilustraciones de la Biblia Pauperum las que
hicieron que el Moisés con cuernos pasara a formar parte del imaginario popular
ya que, probablemente, esta Biblia fue adquirida tanto por predicadores como
por el pueblo.
Los cuernos y el renacimiento
Si en Inglaterra y Francia la tradición del Moisés con
cuernos era una imagen popular no solo en el arte católico sino en el
imaginario colectivo, en la península italiana, hasta el siglo XV, no se había
realizado ninguna ilustración bíblica, vitral de Iglesia, pintura o escultura
que representara al patriarca con cuernos. Es más, en las ciudades estado
italianas, no solo no se habían realizado obras de arte con esta nueva
iconografía de Moisés, sino que la imagen de Moisés con cuernos no había
llegado, de forma masiva, a las mentes del pueblo italiano.
![]() |
Ilustraciones de la segunda versión de la Biblia Pauperum (aprox. 1450 DC) |
Cuando, alrededor del 1510, Miguel Ángel decidió poner
dos protuberancias en forma de cuernos en la cabeza de su Moisés, probablemente
no existía ninguna obra artística en la península italiana que hubiese
representado antes esta nueva iconografía del patriarca judío. Algunos pintores
italianos habían representado a Moisés pero ninguno había decidido colocarle
cuernos en la cabeza.
Alrededor del 1442, el reconocido pintor pre renacentista
Fra Angélico (1395-1455) retrató a Moisés en su cuadro “La Transfiguración”
pero en lugar de representarlo con cuernos decidió colocar un grupo de finas
lineas que representan rayos de luz sobre cada uno de los lados de su cabeza.
Años más tarde, en 1481, un grupo selecto de pintores
florentinos conformado por Sandro Botticelli (1445-1510), Doménico Ghirlandaio
(1449-1494), Pietro Perugino, (1446-1523), Biagio d’Antonio (1466-1515), Cosimo
Rosselli (1439-1507), Luca Signorelli (1445-1523), y Bartolomeo della Gatta
(1448-1502) viajaron a Roma llamados por el Papa Sixto IV. El Sumo Pontífice
les encargó la realización de los frescos que adornarían las paredes de la
Capilla Sixtina. Entre los trabajos a realizarse se encontraban una serie de
seis pinturas sobre la vida de Moisés.
Algunos de los cuadros de esta serie, como “Los Juicios
de Moisés” realizado por Botticelli, “Moisés partiendo hacia Egipto” de Pietro
Perugino y “El paso del Mar Rojo” cuya autoría aún está en debate, no llevan
ningún tipo de iconografía especial para representar la divinidad del patriarca
hebreo.
Sin embargo, tres cuadros de la misma serie, “El castigo
de los rebeldes” de Boticelli, “El Descenso del Monte Sinaí” de Cosimo Roselli
y “Testamento y muerte de Moisés” de Signorelli y della Gatta, representan a
Moisés adornado con dos grupos de delgadas líneas doradas que brotan de ambos
lados de su cabeza en forma de rayos. Los tres cuadros realizados por
diferentes pintores representan la divinidad de Moisés de la misma forma,
siguiendo la iconografia creada por Fra Angélico.
Al parecer, la decisión de ponerle líneas doradas en
forma de rayos a la cabeza de Moisés fue una decisión grupal del equipo de
pintores florentinos porque la similitud, entre la iconografía de Moisés de los
tres cuadros mencionados, es demasiado precisa para ser una coincidencia. El
hecho de que todos estos cuadros se realizaron en el mismo periodo de tiempo,
entre el 1481 y el 1482 DC, apoya esta hipótesis.
¿Por qué el equipo de pintores de Florencia escogió
representar la divinidad de Moisés con rayos de luz en vez de simples cuernos,
como se venía haciendo en Francia y en Inglaterra?
Es importante destacar que si bien los pueblos del
noroeste de Europa le otorgaban una connotación positiva a los cuernos, en
otras partes del continente no sucedía lo mismo. Desde la Edad Media hasta el
renacimiento, en la mayor parte de Europa, los cuernos tenían una doble
connotación. Por un lado, representaban victoria, honor, divinidad, liderazgo y
por otro lado representaban deshonor y humillación y estaban asociados con
demonios, diablos, y dioses paganos.
“¿Es posible que el hombre medieval tuviese dificultad
separando a los hombres con buenos cuernos de aquellos con cuernos malignos?
¿Cuántos entre los no instruídos se percataron de la generalmente aceptada
interpretación teológica de los cuernos de Moisés como símbolos de honor y
glorificación, de cuernos de luz, y no de cuernos reales?”. (El Moisés con
cuernos en el arte y el pensamiento medieval”, Ruth Mellinkoff.)
Es muy probable que los pintores de Florencia, cercanos a
los círculos de poder de la Iglesia Católica, tuvieron en cuenta este doble
significado de los cuernos y por eso prefirieron representar al legendario
líder del pueblo judío con rayos de luz. Además, como se aprecia en la imagen
de abajo, los pintores florentinos tomaron como punto de partida la
representación de Moisés realizada por Fra Angelico en 1441 respetando los dos
grupos de líneas delgadas que botan radialmente de ambos lados de la cabeza.
Sin duda, esta parece ser la manera más sensata de
retratar la iluminación del patriarca bíblico. Algo, que trasladado al arte de
la escultura se asemejaría a lo que vemos hoy en la famosa Estatua de la
Libertad de la ciudad de New York.
No hay que pasar por alto que en el equipo de pintores
florentinos que realizó los frescos sobre la vida de Moisés en la Capilla
Sixtina, se encontraba nada menos que Doménico Ghirlandaio, maestro de pintura
de Miguel Ángel.
Probablemente, Miguel Ángel necesitó fuertes razones o
creencias personales para realizar una escultura de Moisés que representaba la
divinidad del patriarca de forma diferente a la que su maestro Ghirlandaio, en
conjunción con otros grandes pintores como Boticelli, había definido treinta
años antes.
En 1517, dos años después de que Miguel Ángel esculpió su
Moisés (1513-1515 DC), uno de los más grandes pintores del renacimiento, el
maestro Rafael Sanzio empezó a pintar los frescos de la Loggia del Vaticano en
Roma, una galería en forma de pasadizo largo y angosto que él mismo había
diseñado. En uno de estos frescos, Rafael representó a Moisés mostrando las
tablas de la ley a su pueblo. Como si se hubiese inspirado en la escultura de
Miguel Ángel, Rafael le puso un par de protuberancias en forma de cuernos que
misteriosamente se unen con las nubes del cielo como si fueran rayos de luz.
Es decir, Miguel Ángel fue, hasta donde conocemos, el
primer artista italiano que representó a Moisés con dos cuernos brotando de su
cabeza y no lo hizo casualmente o como consecuencia de una mala interpretación
del texto bíblico.
Como hemos visto, y continuaremos tratando en esta serie
de artículos, Miguel Ángel es uno de los hijos más ilustres de ¨el otro
renacimiento” y fueron esas enseñanzas las que quiso plasmar en su obra.
Reflexiones finales
Cuando Jerónimo de Estridón decidió traducir la palabra
hebrea “qeren” (con cuernos) al latín “cornuta” (con cuernos) no cometió un
error sino que tomó una decisión consciente tratando de preservar el sentido
original del texto.
![]() |
Detalle de “El castigo de los rebeldes” (1481-1482) de Boticelli. |
Esto lo sabemos porque en el comentario que Jerónimo
escribió sobre el libro de Ezequiel nos deja en claro la intención de su
decisión:
“Moisés subió a una nube y a la niebla con el fin de
poder contemplar el misterio de Dios, que las personas que se quedaron atrás no
podían ver. Finalmente después de cuarenta días la gente común con sus ojos
empañados no podían mirar la cara de Moisés debido a que había sido
“glorificado” o como se dice en hebreo ‘tenía cuernos'”.
Entonces, no existe el error y quizás por eso no existió
ninguna representación del Moisés con cuernos por más de ochocientos años.
Durante ese tiempo, el pasaje en latín que hacia referencia a los cuernos fue
leído mayormente por personas del clero quienes entendieron la metáfora de
Jerónimo.
Fueron los anglosajones de la Edad Media quienes al ver
las palabras “comandante” y “cuernos” en el mismo párrafo decidieron colocarle
un casco con cuernos al libertador del pueblo judío. Así se tergiversó o
banalizó la metáfora de Jerónimo de Estridón…
Regresemos a los inicios del siglo XVI, a Florencia y a
Miguel Ángel.
Si bien en algunas zonas de Europa representar al mítico
líder del pueblo judío con dos cuernos en la cabeza se había convertido casi en
una tradición, esto no sucedió con los artistas de la región europea que era el
principal referente artístico de Miguel Ángel, la península italiana.
Los Divulgadores sostenemos que en vista del elevado
conocimiento mistérico e iniciático de Miguel Ángel, es improbable que el
artista florentino haya decidido ponerle cuernos a su Moisés solo por un tema
de tradición, una tradición que se inició de forma casi caricaturesca.
![]() |
Detalle de “Testamento y muerte de Moisés” (1481-1482) de Luca Signorelli y Bartolomeo della Gatta. |
A la luz de la información presentada en esta entrega y
en la anterior, Los Divulgadores descartamos, como sostienen algunos, la
posibilidad de que Miguel Ángel haya sido inspirado por la escultura del
holandés Claus Sluter, a quien probablemente no conoció. Es más, si Miguel
Ángel se hubiese inspirado en alguien para colocarle cuernos a su Moisés,
habría sido en algún artista italiano, ya que en esa época, el arte italiano
pasaba de maestro a discípulo y las técnicas de creación eran celosamente
guardadas en las cofradías de maestros a las que no era fácil entrar.
Como hemos visto, en el arte italiano de aquella época no
existe ninguna representación del Moisés con cuernos que pudiera haber servido
a Miguel Ángel como referencia para su obra.
Si un reconocido pintor como Fra Angélico, que puso las
bases del renacimiento pictórico italiano, represento a Moisés sin cuernos, y
luego Ghirlandaio y Boticelli hicieron lo mismo, ningún pintor se atrevería a
representar la divinidad de Moisés de forma diferente a menos que tuviera
poderosas razones…..
Es importante destacar que si bien los pueblos del
noroeste de Europa le otorgaban una connotación positiva a los cuernos, en
otras partes del continente no sucedió lo mismo. Desde la Edad Media hasta el
renacimiento, en la mayor parte de Europa, los cuernos tenían una doble connotación.
Por un lado, representaban victoria, honor, divinidad, liderazgo y por otro
lado representaban deshonor y humillación y estaban asociados con demonios,
diablos, y los dioses paganos “malignos” de los pueblos del noroeste del
continente.
![]() |
Detalle de “Testamento y muerte de Moisés” (1481-1482) de Luca Signorelli y Bartolomeo della Gatta. |
Una ultima hipótesis al respecto sería que gracias al
elevado nivel de conocimiento que se manejaba en la Florencia de Miguel Ángel,
algunos de los intelectuales que frecuentaban el círculo de los Medici podrían
haber sabido que el tema de los cuernos de Moisés se originó como una simple
caricatura y que provenía de Inglaterra.
Para Los Divulgadores, los cuernos del Moisés de Miguel
Angel representan, de manera simbólica, la activación del órgano conocido como
“tercer ojo” o “linterna de Osiris” en el patriarca judío. Como explicamos en los párrafos finales de la
entrega anterior, según la tradición mistérica, este órgano le permitía al ser
humano estar en contacto con las entidades incorpóreas que habitan el mundo
espiritual. Entre esas entidades se contaba también el espíritu del universo o
mente cósmica creadora, de la que hablaban los filósofos del”otro renacimiento”,
y que probablemente fue quién se comunicó con Moisés en el Monte Sinaí.
Según las mismas tradiciones mistéricas, este órgano
sobresalía de ambos lados de la cabeza de los seres humanos, hacía miles de
años atrás, como si fueran un par de antenas. Estas “antenas” se redujeron de
tamaño con el paso del tiempo y terminaron convirtiéndose en lo que hoy
conocemos como la glándula pineal, un órgano involucrado en una serie de
procesos bioquímicos relacionados con las experiencias místicas.
Miguel Angel, al colocarle un par de cuernos a su Moisés,
habría querido dejar constancia de la existencia de este órgano que sería lo
que le habría permitido a Moisés entrar en contacto con las entidades
espirituales. Cable aclarar que, según las tradiciones mistéricas, si bien perdimos nuestras “antenas”, no
perdimos totalmente la capacidad de comunicarnos con el mundo incorpóreo dónde
habita la gran mente cósmica sino que, con la falta de uso, se nos hizo cada
vez más difícil.
Como veremos en la siguiente entrega, los cuernos del
Moisés son solo una parte de lo que hemos llamado El Código Miguel Ángel pues
esta serie de entregas aún guarda muchas otras sorpresas relacionadas con La
Capilla Sixtina y con la Biblioteca de los Medici y que , en conjunto, forman
un mensaje unificado sobre el conocimiento iniciático de las escuelas
mistéricas que sostiene que la mente es Dios y que esta existió antes que la
materia.
Fuente: Los divulgadores.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario