¿Quemaron realmente a la Doncella de
Orleáns?
El anuncio de la muerte de Juana de Arco
en la hoguera de Ruán, el 30 de mayo de 1431, causó tal horror entre sus
seguidores que muchos de ellos no quisieron convencerse del hecho. ¿Tuvieron
ellos la razón? Cuatro años más tarde, en 1435, una joven que dice ser Juana es
reconocida por la familia y amigos de la virgen guerrera.
El 23 de mayo de 1430, a la cabeza de
una pequeña tropa, Juana de Arco intenta en vano levantar el sitio de Compiègne
y es capturada por Juan de Luxemburgo, un mercenario al servicio del duque de
Beaulieu. Encarcelada en el castillo de Beaulieu, en Vermandois, intenta una
fuga desesperada saltando desde una torre, pero es recapturada herida. El duque
de Luxemburgo la vende a los ingleses, quienes desean desprestigiar a la
heroína que dio a Francia la fuerza para liberarse. La Universidad de París, en
manos de los ocupantes, pide que Juana sea juzgada por herética ante un
tribunal de la Santa Inquisición. Se constituye una corte especial con asiento
en Ruán, La preside el obispo de Beauvais, Pierre Cauchon., quien goza de toda
la confianza del duque de Bedford.
La
epopeya de la Doncella de Orleáns
Nace en el año 1412, en una familia
campesina acomodada en Domrémy. Juana tiene apenas 16 años cuando, en mayo de
1428, se presenta ante el capitán Roberto de Baudricout, asegurándole estar
investida de una misión divina: expulsar a los ingleses de Francia. Después de
varios meses de vacilación, Baudricout decide enviar a Juana con el rey Carlos
en Chinon. En febrero de 1429, ella convence al rey de su misión. En mayo de
1429, convertida en guerrera, participa en la defensa de Orleáns, en a
recuperación de Jargeau, de Meung, de Beaugency y en la victoria de Patay, el
18 de julio. Su historia se difunde y se convierte en la heroína del pueblo. El
17 de julio, Juana está al lado de Carlos VII en su coronación en Reims. Es el
día de su triunfo.
En septiembre, resulta herida durante el
sitio de París. Juana aún participa en algunas pequeñas operaciones, pero en
mayo de 1430 es capturada por los hombres del duque de Borgoña frente a
Compiègne. Su proceso se abre en enero de 1431. El 30 de mayo es quemada en la
hoguera en la plaza del mercado viejo de Ruán.
Extraña
ejecución
El 9 de enero de 1431, se abre el
proceso en Ruán. Después de seis meses de sumario y debates, el 14 de mayo,
Juana de Arco es acusada de idólatra, invocadora de demonios, cismática y
herética. Le ordenan abjurar públicamente de sus errores y, a cambio, ella salvará
su vida. Juana, agotada, acepta el compromiso y abjura, pero tres días después
se retracta. En un rápido proceso se la declara relapsa: se levanta la hoguera.
En la mañana del 30, una mujer con la cara oculta por un velo y una mitra es
conducida a la plaza del mercado de Ruán. Ochocientos soldados ingleses impiden
que se acerquen los diez mil espectadores. A las nueve, el verdugo enciende la
hoguera. Algunos minutos después, la ajusticiada muere. El verdugo retira las
antorchas para que los presentes puedan ver el cuerpo semi-calcinado. Luego
enciende otra vez la hoguera y el cadáver se convierte poco a poco en cenizas.
Una mujer fue quemada viva pero nada demuestra que se trate de Juana. Se
rumorea que la Doncella de Orleáns se escapó y que la ejecución fue sólo un
simulacro:
Francia quiere creer que la joven aún
vive.
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Juana es conducida a la hoguera, pintura de Patrois, 1867, Museo de Bellas Artes |
El
retorno de Juana
Durante el verano de 1435, una mujer
vestida de soldado se presenta en Saint-Privey, en Lorena. Busca a Pedro de Lys
y a Juan el Pequeño, los dos hermanos de Juana, quienes constatan con estupor
que están, sin duda alguna, frente a su hermana. La sobreviviente cuenta que
escapó de su prisión ruanesa y se ocultó posteriormente usando el nombre de
Claudia. El relato termina por convencer a los dos hombres, Ella permanece
junto a ellos como miembro de la familia. Esta situación no dura mucho. La
joven atrae la atención de un señor de Lorena, Roberto des Armoises, quien la
desposa en 1436. En ningún momento el esposo pone en duda la identidad de su
mujer: para él, ella es Juana de Lys, la Doncella de Orleáns, Cuando Roberto
amplía su castillo de Jualny, hace grabar las armas de Juana junto con las
suyas. Este reconocimiento privado no es suficiente para la esposa y, a partir
de agosto de 1436, comienza a enviar mensajeros pan anunciar que sigue con
vida, a las ciudades de Orleáns, Blois y Loches, siguiendo los pasos del rey.
Luego su hermano Juan acude a Orleáns, donde se le recibe con honores.
Juana
des Armoises
Carlos, sin embargo, se abstiene de
responder a los mensajes de Juana. Cansada, la joven se dedica a la vida de
familia, Después de dar a luz a dos varones decide, en 1439, volver a Orleáns,
Ahí es reconocida y aclamada por el pueblo. La municipalidad organiza festines
en su honor e, incluso, le concede una asignación de 210 libras por los
servicios prestados en la época del sitio. Su amigo de siempre y fiel
confidente, Gilles de Rais, viaja para verla. La reconoce sin titubear y pone
sus soldados a su disposición.
Pero el rey no le concede ninguna
audiencia. En 1440 se dirige a París y, sorpresivamente, sin que ningún
obstáculo o desmentido haya puesto en duda sus aseveraciones, la esposa de Des
Armoises confiesa que no es la Doncella de Orleáns. Vuelta a ser Claudia,
cuenta su verdadera historia ante los magistrados de la capital. Aventurera,
viuda de un caballero, cuenta haber combatido por un tiempo en el ejército
pontificio. De vuelta a Francia, se le ocurrió hacerse pasar por Juana.
Arrepentida, pide perdón por su impostura. Esta historia convence apenas más
que la anterior: no explica ni el cambio brusco de Juana a Claudia y menos aún,
el hecho que tantos familiares de la Doncella hayan reconocido en la usurpadora
a la heroína supuestamente muerta en Ruán. ¿Quién en realmente Claudia, si
Juana fue de verdad quemada en la hoguera? ¿Qué originó esta repentina
confesión? Estas preguntas permanecen sin respuesta.
Juana
la hechicera
San Miguel y Santa Catalina. La misión
de Juana empieza en 1428, cuando San Miguel y Santa Catalina se comunican con
ella. Las voces le revelan un detalle secreto que deberá convencer a Carlos
VII. De hecho, en Chinon, aunque el rey intercambia trajes con un miembro de su
corte, Juana, quien no lo ha visto nunca antes, lo reconoce en seguida.
Un arma mágica. En 1429, cuando viste su
armadura, ella pide la espada que Catalina le había preparado. En una visión,
Juana se entera que la espada está en la capilla de Fierbois, cerca de Tours.
Dos escuderos encuentran, enterrada detrás del altar, una espada oxidada. Desde
entonces, el arma adquiere fama de mágica. El óxido se desprende fácilmente,
mostrando una hoja brillante marcada con un emblema de cinco cruces; se dice
que seria el arma de Du Guesclin, de San Luis o de Carlos Martel. Juana libera
a Orleáns y se lanza al asalto de París. Al ser capturada, su espada
desaparece. Los observadores no dejan de ver en aquello una maldición,
Junto a Juana, Gilles de Rais, mariscal
de Francia, brazo derecho de Juana en todas sus batallas, fue el amigo más fiel
de la Doncella y, para a historia, uno de los asesinos más monstruosos de todos
los tiempos. Después de la muerte de Juana, se retira a su castillo de
Tiffauges, en Vendée, donde organiza abominables orgías en las que niños son
violados y degollados. Gilles de Rais reconoció más de 150 crímenes y fue
quemado en la hoguera, diez años después de Juana.
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