La misteriosa doble de una profesora
Conocido también bajo el nombre alemán
de Doppelgänger, "el doble” es un fenómeno parasíquico particularmente
inquietante, más aún, porque, según una antigua tradición europea, ver su
propio "reflejo” significa una muerte inminente...
Los relatos de personas que afirman
haberse encontrado con su doble son, generalmente, tratados como casos de alucinación;
alucinación que puede ser peligrosa y provocar desórdenes tan graves como para
llevar a algunos al suicidio. Pero también se produce el caso contrario; una
persona puede no tener conciencia del doble presente a su lado y son los
testimonios de los que la rodean los que lo hacen descubrir esta presencia.
Este es el caso de la profesora francesa Emilie Sagée a mediados del siglo XIX.
Otra historia de doble
"Esta señorita (Miss Jackson) era
muy asidua a visitar a los pobres. Pero en una oportunidad en que volvía a su
domicilio después de un día de caridad, se sintió cansada y mal a causa del
frío, y le vino el deseo de ir a calentarse al lado de la estufa de la cocina,
en cuanto llegara a casa.
En el preciso momento en que esa idea
cruzaba por su mente, dos sirvientas que estaban en la cocina vieron girar el
picaporte de la puerta, que se abrió dejando pasar a Miss Jackson, que se
acercó al fuego y calentó sus manos. La atención de las sirvientas fue atraída
por los guantes de cabritilla color verde que llevaba puestos. Súbitamente,
desapareció frente a sus ojos. Estupefactas, las sirvientas subieron donde la
madre y le contaron lo sucedido sin olvidar el detalle de los guantes. Esta
dama tuvo algunas aprensiones pero trató de tranquilizar a las sirvientas,
diciéndoles que su hija nunca tuvo guantes verdes y que, por consiguiente, su
visión había sido solo una ilusión.
Media hora mas tarde, Miss Jackson, en
persona, hacía su entrada: fue directamente a la cocina y se calentó frente al
fuego. En las manos llevaba unos guantes verdes, pues no había encontrado
negros.
Reportado por C. Flammarion en
"Acerca de la muerte”, en 1921.
Enigma en Letonia
En 1845, el director de un instituto
para niñas jóvenes de la nobleza, el pensionado Von Neuwelcke, ubicado en la
actual Letonia a unos 60 kilómetros de Riga, contrata como profesora de francés
a una mujer joven llamada Emilie Sagée, que dice haber nacido hace 32 años en
Dijon. La nueva institutriz tiene un temperamento muy alegre, demuestra una
inteligencia y un sentido de la educación que llaman favorablemente, la
atención del director, herr Bush. Pero, algunas semanas después de su llegada,
empiezan a circular rumores entre las 42 alumnas del pensionado.
En efecto, se producen unos extraños
fenómenos varias veces mientras un alumno dice haber visto a la profesora en un
extremo del edificio, otra afirma haberse cruzado con ella en el extremo
opuesto. Al principio, los profesores no prestan oídos a estos comentarios
absurdos. Pero el caso se complica. Un día, mientras Emilie Sagée está ante la
pizarra dando una clase de gramática a trece jóvenes (entre las cuales se
encuentra una cierta Julie von Güldenstubbe), aparece a su lado una silueta
imitando sus movimientos a la perfección. El único detalle que difiere es la
ausencia de la tiza en su mano. El doble sigue manifestándose durante las
semanas siguientes (también es visto por los empleados domésticos) y adopta
progresivamente un comportamiento más y más independiente. Así, un día, las 42
alumnas están ocupadas en trabajos de costura en un cuarto en la planta baja, y
una profesora las vigila. Por la ventana las niñas pueden ver a Emilie Saguée
en el jardín. En un momento dado su supervisora se ausenta para ser reemplazada
por el doble inmóvil y silencioso. Afuera, Emilie Sagée parece tener
súbitamente dificultades para moverse. En clase, algunas alumnas se atreven a
acercarse y constatan que el doble de la profesora ofrece sólo una ligera
resistencia a las manos que la atraviesan. El doble termina por desaparecer.
Emilie Sagée y su alumna y principal testigo Julie von Güldenstubbe (escena de la película Un salto en la oscuridad, 1976) |
Por supuesto, todo esto altera en grado
sumo a las jóvenes pensionistas y provoca numerosas partidas. Al cabo de
dieciocho meses, 30 de las 42 alumnas han sido retiradas por sus padres. El
director decide, entonces, despedir a Emilie. Antes de irse, ella le
confidencia que es la decimonovena vez que se ve obligada a dejar un puesto,
siempre por la misma razón, desde que empezó a enseñar a la edad de 16 años.
Julie von Güldenstubbe sigue en contacto
con su antigua profesora hasta el año 1850. Después de eso, se le pierde
definitiva meo- te el rastro en Rusia, a donde emigré como institutriz al
servicio de una familia.
De Dijon a las planicies rusas...
Tres autores estudian y relatan la
historia de Emilie Sagée basándose en los testimonios de la baronesa Julie von
Güldenstubbe, personaje cuya existencia es indiscutible, a la que conocen
personalmente y de quien garantizan integridad. Son el escritor y político
estadounidense Robert Dale Owen, el astrónomo francés Camille Flammarion y el
parasicólogo ruso Alexander Akasov. Flammarion trata, en vano, de encontrar las
huellas de una Emilie Sagée que habría nacido en 1813 en Dijon.
Una calle de Dijon: Octave Sagas, alias Emilie Sagée, hija natural, ¿nació en esta pequeña ciudad de Francia? |
Descubre, en cambio, una niña ilegítima
llamada Octavie Saget, nacida el 13 de enero de 1813. Emilie y Octavie son
probablemente la misma persona. La joven habría elegido cambiar su nombre para
esconder su condición, hecho corriente en la época. En cuanto al pensionado,
investigaciones modernas no permitieron encontrarlo, lo que no quiere decir
gran cosa, si se tiene en cuenta la tormentosa historia de Letonia hasta
nuestros días.
El testimonio de Julie von
Güldenstubbedeja suponer una relación "vampiresca” entre Emilie Sagée y su
doble; en cada aparición de este, la joven mujer parecía ser presa de una
fatiga más o menos intensa, como si su doble la privara de energía. Emilie, de
hecho, es incapaz de ver su doble y deduce su presencia por la alarma que causa
entre la gente que la rodea y por la debilidad que la invade. Si esta historia
es real, sólo resta tener lástima de una mujer afligida por tal maldición.
¿Alucinación o fenómeno paranormal?
Aceptar la veracidad del testimonio de
Julie von Güldenstubbe (lo que hacen los que la conocen) no resuelve, sin
embargo, todos los problemas. Hace un siglo, unos escépticos declaraban que
esta historia era originada por una ilusión o una alucinación.
Pero los testigos son numerosos y las
apariciones repetidas. Estas se llevan a cabo en presencia de observadores que
están muy cerca y, por lo común, en lugares muy iluminados.
Queda la sugestión colectiva, que puede,
efectivamente, producirse en lugares cerrados, donde vive una población aislada
del resto del mundo: un rumor se pone en circulación y, a fuerza de hablar de
ello, termina por hacerse realidad en el pensamiento de las personas
involucradas.
El hecho revelador de la sugestión
colectiva es la total uniformidad de los testimonios. Esta explicación fue expuesta
en el caso de Emilie Sagée: ¿pero podemos extrañarnos, por ejemplo, que 13
escolares afirmen todas exactamente la misma cosa, cuando dicen haber visto a
su profesora sencillamente” desdoblarse a algunos metros de ellas? Aquí serán
más bien las divergencias en los detalles las sospechosas...
Otro argumento actúa en contra de esta
teoría: cuando Julie von Güldenstubbe visita más tarde a Emilie Sagée,
instalada en la casa de una cuñada, descubre que los niños de ésta se habían
acostumbrado hacía tiempo a la idea de tener dos “tías Emilie”...
Decididamente, el misterio de Emilie Sagée está lejos de resolverse.
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