Karma a nivel individual, a nivel de los seres humanos, es
principalmente un medio de instrucción, una guía para su evolución. No es una
espada de Damocles colocada en la cabeza del hombre para castigarlo en cuanto
haya hecho algo malo. ¡No! La Naturaleza es el maestro más cercano del hombre y
lo que este hace se registra en la memoria de la naturaleza, luego, en algún
momento, la naturaleza confronta al hombre con sus actos.
(Puede parecer muy fantasioso decir que nuestro registro kármico
se encuentra inscrito en cada una de nuestras células, pero no hace mucho,
igual parecía descabellado decir que toda nuestra información biológica se
encontraba depositada en cada una de nuestras células, sin embargo el
descubrimiento del ADN lo confirmó. Si cada célula resguarda toda nuestra
información genética, ¿por qué no podría también resguardar otro tipo de
información que por el momento todavía no hemos descubierto?)
Por lo tanto, se requiere purificar hasta en lo profundo de
las células, la frecuencia vibratoria. Mientras que no tengan un cuerpo sano,
no se puede esperar evolucionar. ¡Es imposible! Porque hay confrontación. El
código kármico es registrado primero en la célula física, luego es enviado al
chakra, generalmente al plexo solar puesto que ahí se encuentra la memoria
presente y pasada de la persona. Luego se distribuye de acuerdo con la
naturaleza del problema en el chakra que corresponde al área del problema.
Por esta razón, dependiendo de la enfermedad que tienen, se
puede determinar de inmediato qué tipo de problema kármico cargan. Todo
encuentra a continuación su lugar. Si el asunto puede ser experimentado, ser de
alguna manera purgado y beneficiarse evolutivamente la persona por esa
experiencia en ese instante, entonces la aplicación del karma es inmediata.
En cambio, si la persona todavía no puede entender la
lección, porque todavía no tiene la madurez suficiente para hacerlo, entonces
el karma queda guardado en la memoria de las Skandhas para darle un mejor uso
en el futuro. Y aunque muera la persona, este registro en las Skandhas
persiste. Cuando el individuo reencarna, la memoria recupera su actividad,
redistribuye esta actividad a los chakras y el código vibratorio de las células
que tenía en la vida anterior. Y así, de reencarnación en reencarnación, la
gente perpetúa los mismos problemas, encuentra las mismas enfermedades,
encuentra las mismas desgracias, de hecho, las mismas oportunidades para evolucionar.
El karma es por lo tanto un asunto de enseñanza y de memoria
que actúa tanto a corto como a largo plazo dependiendo de la utilidad, porque
dado que es educativo, no va a hacer pagar inmediatamente al individuo algo
malo que hizo (como lo desearía la justicia humana) si posponiéndolo puede ser
más instructivo para el individuo. La Naturaleza considera principalmente el
avance evolutivo de la persona y es en eso que hay justicia, no en el castigo.
Entonces, el Ángel del karma sabe en cuántas vidas deben distribuir el karma.
Si por ejemplo, una persona merece tener una discapacidad,
pero que no es lo suficientemente madura y sólida para comprender y crecer a
partir de esta experiencia, el Ángel del karma suspende durante un cierto
tiempo el karma, deja a la persona reencarnar libremente de manera a que
desarrolle algunos puntos de entendimiento y cuando la persona esté lo
suficientemente desarrollada, en donde tiene la oportunidad de comprender,
entonces el karma se le regresa. Pero hay más karmas inmediatos que karmas de
largo plazo, porque los karmas que son aplazados, deben corresponder a los
karmas de otros individuos y de otras naciones.
Desafortunadamente, cuando se habla sobre el karma, el
hombre imagina fatalidades ya sean buenas o malas, debido a que ante algo
inquebrantable, forzosamente hay una noción de fatalidad. Pero NO quiero que el
hombre se doblegue bajo este concepto, porque ¡El hombre es libre! No que vaya
a encontrar la manera de esquivar su karma. ¡Eso NO es posible! Sino porque el
hombre estando libre, puede actuar para liberarse de su karma.
En cambio, lo que los Maestros aborrecen y se esfuerzan por
cambiar es la pereza humana, que mantienen los perezosos, los ignorantes y los
aprovechados que bajo el pretexto de la fatalidad, no hacen ningún esfuerzo.
El hombre es libre en el sentido que puede hacerse responsable de sí mismo, mientras que los otros reinos de la naturaleza están dirigidos por la naturaleza. El hombre no y por lo tanto puede enfrentar su karma. No debe pasarse rezando para que el buen Dios le quite ese problema o le cumpla aquel deseo.
Un discípulo NO actúa de esa manera. Un discípulo se
presenta ante Dios, se presenta ante el Maestro. Lo mira derecho a los ojos,
cara a cara, la espalda recta, sin orgullo, pero sabiendo lo que es. Dialoga,
pide consejos, se va y los lleva a cabo.
Pastor (maestro de sabiduría, 11-09-86)
Observación
Puesto que lo importante del karma a nivel individual
(cuando no involucra a otros) es el progreso de consciencia, de sabiduría, de
evolución, que genera a partir de la experiencia kármica, existen técnicas en
Oriente que permiten por medio de la respiración surgir del cuerpo, los códigos
Kármicos y experimentarlos, no a través de sucesos reales, sino “soñándolos con
vivacidad” por medio de la meditación y por lo tanto experimentándolos con la
misma intensidad que si se hubieran vivido. Esto con el fin de acelerar la
purificación y el desarrollo del discípulo. Cuando me acuerde del nombre se los
digo.
Fuente:
http://www.shurya.com/
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