Está ubicada en la misma zona en la que los investigadores han situado a Tartessos y la Atlántida.
Se llama Manuel Cuevas, tiene 52 años y, además de
empresario es un apasionado investigador autodidacta. Desde hace unos días,
este vecino de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) ha saltado a los medios de
comunicación españoles tras presentar un informe en el Registro de la
Consejería de Cultura de Andalucía.
En dicho informe Manuel aporta las coordenadas de lo que interpreta como cuatro grandes edificios y un poblado con una antigüedad de no menos de 2.500 años. Además, una de dichas estructuras, un edificio o plaza rodeado de más construcciones, llega a medir 360 metros por 180, mientras que otra, según informaciones aportadas por Antena3, alcanzaría unas dimensiones de unos 180 por 100 metros: medidas inusuales para unas edificaciones tan antiguas.
La ancestral ciudad estaría ubicada en la zona del Pinar de
La Algaida que ocupa un terreno de alrededor de 8 kilómetros cuadrados. Es allí
donde Cuevas asegura haber reconocido las estructuras de edificios completos,
con el aspecto de haberse conservado tras haberse visto anegados, de golpe,
bajo múltiples capas de sedimentos tras sufrir una gran inundación. El
investigador se sabe consciente de que estructuras arquitectónicas como las que
está seguro de haber detectado, por la profundidad a que se encuentran y la
evolución del nivel del mar en la zona, tendrían una antigüedad superior a la
de los grandes monumentos faraónicos y mesopotámicos. Además, algunas de dichas
construcciones, por la profundidad a la que se hallan, remiten al periodo en el
que la desembocadura del río Guadalquivir era un enorme estuario, en el que el
agua del mar cubría el emplazamiento actual de la ciudad de Sevilla, una época
en la que no se disponía de la tecnología imprescindible para construir
semejantes estructuras y remitiría a los ámbitos del mito, a una civilización
perdida.
Área aproximada de extensión e influencia de la civilización
de Tartessos.(Wikimedia Commons)
TARTESSOS Y LA ATLÁNTIDA
Además, el informe incluye una serie de fotografías, muchas
de las cuales están aumentadas y tratadas tras haber sido tomadas vía satélite,
a unos 700 kilómetros de altitud. En ellas también se pueden observar nuevas
siluetas de edificaciones sepultadas en el Cerro del Trigo, a unos 6 kilómetros
de La Algaida, pero en la margen opuesta del río Guadalquivir -actual Parque de
Doñana-, justo sobre el lugar en el arqueólogo alemán Adolf Schulten ubicó a la
antigua Tartessos.
Tartessos era el nombre por el que los griegos conocían a la
que creyeron primera civilización de Occidente. Una civilización que se habría
desarrollado en el triángulo formado por las actuales provincias españolas de
Huelva, Sevilla y Cádiz, en la costa suroeste de la península ibérica, durante
el Bronce tardío y la primera Edad del Hierro. Se cree que su eje fue el río
Tartessos, que pudo ser el que los romanos llamaron luego Betis y los árabes
Guadalquivir. Sin embargo, otros autores la sitúan en la confluencia de las bocas
del río Odiel con el río Tinto puesto que bajo la ciudad de Huelva se hallan
sepultados importantes restos. Los tartesios desarrollaron presumiblemente una
lengua y escritura distintas a las de los pueblos vecinos y, en su fase final,
recibieron influencias culturales de egipcios y fenicios.
Bronce Carriazo, una de las obras tartésicas más famosas
conocidas. Representa a la diosa Astarté y se encuentra expuesta en el Museo
Arqueológico de Sevilla. Foto: Jbribeiro1 CC BY-SA 3.0
La primera fuente histórica que alude a Tartessos es la obra
de Herodoto Los nueve libros de la Historia, del siglo V a. C. en la que habla
del rey Argantonio y de sus incontables riquezas, su sabiduría y su
generosidad. Sobre el origen de la cultura tartesia se ha escrito mucho, pero
lo cierto es que nada hay seguro todavía. Se ha llegado a decir que llegaron a
la península con los Pueblos del Mar, que pudieron ser pueblos indoeuropeos
precursores de la cultura celta, gentes procedentes de las estepas del norte
del Cáucaso o que podrían haber traído con ellos el Neolítico y la agricultura,
desde Oriente Próximo.
Sin embargo, lo que sí sabemos es que Tartessos desapareció
abruptamente de la historia: a partir de la batalla de Alalia no existen más
referencias escritas. Una de las posibilidades para explicar tal desaparición
es que fuera barrida por Cartago tras su victoria sobre los griegos. O por
Gadir, metrópolis fenicia que podía ambicionar el control del comercio de los
metales. Asimismo se ha considerado la posibilidad del agotamiento de las vetas
de minerales, fuente principal de su riqueza comercial.
Sillar con argamasa hallado por Manuel Cuevas en La Algaida.
(Fotografía: Diario de Cádiz)
Unos datos que nos recuerdan, sin duda alguna, a la
civilización perdida que Platón situó más allá de las Columnas de Hércules, el
estrecho de Gibraltar, y que todos conocemos como Atlántida. Sobre todo si
tenemos en cuenta la investigación de Richard Freund, profesor de la
Universidad de Hartford en Estados Unidos, famoso por sus excavaciones en
Oriente Próximo. Según Freund, la localización más probable de la mítica
Atlántida sería, precisamente, Doñana, entre las provincias de Cádiz y Huelva.
MÁS HALLAZGOS Y PRIMEROS CONTACTOS
Por otra parte, además de los restos ya expuestos, Manuel
Cuevas dice haber detectado, otro tipo de estructuras más recientes aunque
también anteriores a la época romana, como canales navegables, espigones
portuarios, restos de cimentaciones y muros que podrían haber sido embarcaderos
y otras que ofrecen líneas paralelas y cuadrículas de dimensiones similares a
las de las calles de una ciudad.
Ante todo lo hallado, el investigador ha pedido apoyo a las
autoridades pertinentes para poder efectuar un estudio de tomografía eléctrica
que determine la profundidad a las que se sitúan las ruinas más cercanas a la
superficie y, así, poder realizar una excavación, además de para tomar más
fotografías aéreas de la zona.
Muchos de los datos aportados por Manuel Cuevas recuerdan al
mito de la ciudad perdida de La Atlántida. La caída de la Atlántida, por Monsù
Desiderio (s. XVII) (Wikimedia Commons)
Los responsables de la Consejería de Cultura de Andalucía,
que han visto las fotografías y escuchado sus explicaciones, le han remitido a
la Delegación de Cultura de Cádiz, donde le han indicado que debe presentar un
proyecto de investigación avalado por una universidad andaluza, para dotarlo de
carácter científico y académico. Cuevas ha contactado ya con varios
especialistas entre los que destaca Ramón Corzo, catedrático de Arqueología de
la Universidad de Sevilla, quien ha mostrado interés por todos los datos
aportados.
Es necesario recordar que en la zona de La Algaida se
hallaron hace años restos turdetanos. Los turdetanos fueron un pueblo
prerromano que habitaba en la Turdetania, región que abarcaba el valle del
Guadalquivir, coincidiendo con los territorios de la antigua civilización de
Tartessos. Perdido el enlace comercial y cultural que Tartessos mantenía con
los griegos, la Turdetania se vio inmersa en la influencia cartaginesa, aunque
desarrolló una evolución propia de la cultura anterior, de forma que la
población turdetana se sabía descendiente de los antiguos tartesios y, a la
llegada de los romanos, aún mantenía sus señas de identidad propias. A cierta
distancia de allí, Cuevas ha localizado numerosas piedras con argamasa,
sillares y restos de muros enterrados.
Imagen de portada: Algunas de las fotografías sacadas vía
satélite y presentadas por Manuel Cuevas como indicio de la presencia de
edificaciones milenarias en la zona del Pinar de la Algaida, provincia de
Cádiz. (Fotografía: 20Minutos)
Fuente: Despierta al futuro
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